lunes, 3 de diciembre de 2018

No dejes de abrazarla

La noche se borró misteriosamente de mi realidad, desde las 9:00 pm hasta la media noche no supe de mi, era como si nada existiera. Fue cuando desperté por primera vez y se me antojó pensar en tí, si en ese amor imposible que va y viene como el viento, que casi nace contigo y posiblemente solo el final de tus días lo borré para siempre, si es que existe el final o el paraíso o el infierno; que sientes que solo puedes ser feliz con su mirada cuando está puesta en tí, pero no tienes la más remota idea de que es la felicidad, quizás es solo una palabra, quizás una utopía,
Me volví a dormir y era tan profundo el sueño que me volví a dormír.
De buenas a primera íbamos a visitar a la madre a su casa, algo extraño, porque viví con ella hasta su último día, la casa estaba en franco abandono, las puertas se venían a bajo, el sucios se había acostumbrado a las paredes de la casa, en fin, pensé lo peor. Corrí evidentemente desesperado llamándole,: "mami" tuve que saltar la mecedora de aquel juego de muebles que hay en muchos hogares contemporáneo al nuestro, corrí hacia el pasillo que da a las habitaciones, no tenía la menor idea de que casa era esa, así son los sueños de extraños, estás corriendo por los espacios de la casa donde viviste durante mucho tiempo y de verdad no es tu casa. Justo cuando me acercaba a la primera puerta, desperté.
Me quede mirando, en la casi oscuridad de la noche el techo, eran, supongo como las dos o tres de la madrugada, mi corazón estaba corriendo con una frecuencia cardíaca inusual, ese sueño me impactó mucho, se escucharon unos pasos en el patio y pensé, no sabía que podía pensar en los sueños, que todo en ello era acción o conversaciones, o simples imágenes sin sentido. Pero en este sueño pensé: cuando la madre despierta la voy abrazar tan fuerte como ella lo hacia en las noches cuando nós despedíamos y me decía, Ramón no me dejes de querer; solo voy a abrazarla, solo voy a aprovechar ese momento. Los sueños que retienes en tu mente muchas veces terminan cuando estás a punto de caer en el vacio, cuando quien te persigue está a punto de alcanzarte, pero este no, yo estaba recostado pensando en que tan fuerte sería ese abrazo.
A las 3:30 de la mañana desperté del segundo sueño, en la cruda realidad, donde no podía darme el lujo de planificar que tan fuerte podría abrazarte ni mucho menos tratar de sospechar tu reacción, donde solo podía sentir como se deslizaba sobre mi rostro el abrazo que no podré darte esta mañana cuando despiertes.

lunes, 4 de abril de 2016

4 de abril 2016, 10:39 pm


martes, 25 de agosto de 2015

La Madre

Pareciera como si las palabras exactas para recordarte te las hubieses llevado contigo, Tan difícil recordar a quien no se puede olvidar, tan difícil escuchar tu voz en este elipsis que se abre campo insensatamente en la bulliciosa ciudad, en la casona casi desierta, entre tus pasos silenciosos; ahora.

Y se hace tan inmensamente pequeño ese miedo en las mañanas a perderte con esta realidad de tu ausencia absoluta en cada rincón de la casa, en cada taza de té no servido, porque no estás, en esa búsqueda de unas manos que me han abandonado, sin darme tiempo a tratar de retenerlas.

“Nunca dejes de quererme, Ramón”, me parece estar escuchando tus palabras esparcirse en el aire caliente de la noche, cuando el sueño empieza a merodear, confundiendo los sonidos con los recuerdos. Como sería bueno abrazarte una vez más, robarme unos minutos de tu tiempo, olvidarme por un segundo de:


Las lágrimas que me separan de ti.

sábado, 20 de junio de 2015


MI VIEJO...MI ÁNGEL GUARDIÁN
El día que este viejo y ya no sea el mismo, ten paciencia y compréndeme.
Cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide como atarme mis zapatos, recuerda las horas que pase enseñándote a hacer las mismas cosas.

Si cuando conversas conmigo, repito y repito las mismas palabras que sabes de sobra como termina, no me interrumpas y escúchame.Cuando eras pequeño(a) para que te durmieras tuve que contarte miles de veces el mismo cuento hasta que cerrabas los ojitos.
No me reproches porque no quiera bañarme; no me regañes por ello.
Recuerda los momentos que te perseguí y los mil pretextos que te inventaba para hacerte mas agradable tu aseo. Acéptame y perdóname. Ya que soy el niño ahora.
Cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas tecnológicas que ya no podré entender, te suplico que me des todo el tiempo que sea necesario para no lastimarme con tu sonrisa burlona.
Acuérdate que yo fui quien te enseñó tantas cosas. Comer, vestirte y tu educación para enfrentar la vida tan bien como lo haces,son producto de mi esfuerzo y perseverancia por ti.
Cuando en algún tiempo mientras conversamos me llegue a olvidar de que estamos hablando, dame todo el tiempo que sea necesario hasta que yo recuerde, y si no puedo hacerlo no te burles de mi; tal vez no era importante lo que hablaba y me conformé con que me escuches en ese momento.
Si alguna vez ya no quiero comer, no me insistas. Sé cuanto puedo y cuanto no debo. También comprende que con el tiempo ya no tengo dientes para morder ni gusto para sentir.
Cuando me fallen mis piernas por estar cansadas para andar, dame tu mano tierna para apoyarme como lo hice yo cuando comenzaste a caminar con tus débiles piernas.
Siempre quise lo mejor para ti y he preparado los caminos que has debido recorrer. Piensa entonces que con el paso que me adelanto a dar estaré construyendo para ti otra ruta en otro tiempo, pero siempre contigo.
No te sientas triste o impotente por verme como me ves. Dame tu corazón, compréndeme y apóyame como lo hice cuando empezaste a vivir.
De la misma manera como te he acompañado en tu sendero te ruego me acompañes a terminar el mío. Dame amor y paciencia, que te devolveré gratitud y sonrisas con el inmenso amor que tengo por ti.
¡GRACIAS, MI VIEJO, POR TODO LO QUE ME DISTE!
Padre Guillermo Serra, L.C.

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