Las actuaciones de el padre Lawrence Murphy (fallecido) en contra de unos 200 niños sordos de los que posiblemente abusara, no fue atendido por el Vaticano ni por el entonces cardenal Joseph Ratzinger, actual papa Benedicto XVI, en la creencia de que podría ser perjudicial para la iglesia. las demandas de actuación venían de el mismo arzobispo de Milwaukee Rembert G. Weakland, estado de Wisconsin, en dos cartas que enviara al cardenal Joseph Ratzinger.
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