-Escuchen, dijo secamente Alonso, sus pequeños ojos que muchas veces el hacía que miraran por encima de los lentes, se detuvieron en cada uno de los compañeros, la hora se acerca, nuestra cita con el destino, esa cita que nos ha llenado de emoción, desviviendo en cada noche en espera de cada minuto, de cada segundo agitando nuestros corazones, a tocado nuestras puertas y hemos de abrirla para llevar a cabo nuestra obra y hacer llegar, poco a poco, el mensaje, la certeza de que se puede, a todos los hogares de nuestra gente humilde, se puede luchar contra el imperialismo y derrotarlo con sus propias armas. Sus palabras fueron llenando el espacio y los corazones de cada uno de los compañeros comenzaron a latir, con más velocidad cada vez.
-En las próximas horas, continuó diciendo, estaré realizando reuniones con los principales miembros de la izquierda.....
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