- Nunca, en la arquitectura moderna, un edificio ha colapsado a causa de un incendio.
- El acero de las Torres, cumplía con las normas E119 de la ASIM, que garantizaba que el acero soportaría temperaturas de 1,100 grados durantes varias horas, los fuegos focalizados de las torres alcanzaban los 600 grados.
- Las torres colapsaron en solamente diez segundos, cuando debieron haberlo hecho en un colapso progresivo minuto y medio, el tipo de colapso que aniquiló las torres gemelas es el llamado velocidad de caída libre, y ocurre en las demoliciones controladas.
- Unas de las características de estas demoliciones controladas, es el llamado SQUIBS, que es la expulsión de escombros.
- La desintegración de las víctimas es otro de los aspectos significativos de esta demolición controlada: de 2700 personas, solo unas 300 fueron recuperadas completas, algunas de ellas se encontraban divididas en más de 200 pedazos. 1,100 víctimas nunca pudieron ser identificadas; junto con las víctimas fueron pulverizados todo el mobiliario.
- El Centro Sismológico de la Universidad de Columbia, registró, en el momento de la demolición de las torres, un terremoto de 2.1 y 2.3, equivalente a la detonación de una bomba.
- El acero fundido, se ve escurriéndose por todo el cuerpo de los edificios.
- No se encontraron, pisos apilados en la base de cada edificio, todo fue absolutamente destruido, lo que no pulverizado. inclusive los autos que estaban próximos a las torres, su acero estaba fundido, como todo el acero estructural.
- La empresa SECURACOM presidida por el hermano menor del presidente Bush, Marvin fue contratada en el 1996 para instalar un nuevo sistema de seguridad en las Torres Gemelas por cuatro años, instalaría, según un diagrama proporcionado por un militar anónimo, unas diez mil cargas de explosivos de corte ocultas en los plafones de los pisos. Según comenta un guardia de seguridad de las torres, el 6 de septiembre del 2001 se removieron los perros anti bombas, ocasión en la que se presume se colocaron pequeñas bombas termo nucleares en los sótanos de las torres.
- En la tarde del 11 de septiembre se desploma, de la misma manera el edificio 7, donde se alojaban las oficinas de la CIA, el Servicio Secreto, el Departamento de Defensa, la Oficina de Hacienda, la Comisión de Seguridad e Intercambio con está ultima desaparecieron entre 3,000 y 4,000 casos de fraude en Wall Street.
- Larry Silvertein, un empresario judío había adquirido las Torres Gemelas siete semanas antes de ocurrir la tragedia, y en la póliza de seguro había añadido una clausula de 3,500 millones de dóllares por ataques terroristas; reclamando el pago a la aseguradora por 7,000 millones (fueron dos ataques), al final consiguió 4,700 millones de dóllares de seguros.
- El 11 de septiembre a las ocho de la mañana, Silvertein canceló una cita de negocio, en sus oficinas ubicadas en una de las torres, por una cita con el dermatólogo; así también sus hijos se les haría tarde para llegar a un desayuno de negocio en el restaurant de una de las torres.
En la búsqueda de los recursos de la vida nos hacemos cómplices del tiempo y el de nosotros, hasta el último segundo, hasta el último suspiro.
sábado, 26 de junio de 2010
Las Torres Gemelas: la verdad sobre una gran mentira
Existió el Holocausto judío
viernes, 25 de junio de 2010
El Paraiso (5Ta parte, Final)
Las declaraciones dadas por el enjuiciado son verdaderas, son dadas por el subconsciente que no miente, y aunque tanto él, como el alma donde habita caigan en el polvo por su declaración, él no miente. Muchos tienden a odiarle, muchos han intentado sacarle de sí y apresarle junto a los árboles (el caso de los grandes asesinos, sus abogados, los políticos, etc.). Son esos espíritus que se escuchan arrastrando grandes cadenas por las calzadas salpicadas de oscuridad, siempre miran hacia atrás y si alcanzan a ver a algún viviente lo hacen con desdén volteando rápidamente la cabeza para no ser reconocidos.
-Es evidente, dijo el Señor Juez, que no ha habido mala intención en el proceder de este joven, y que sus actuaciones son debidas a su apego a la carne. Yo también intenté volver a la vida, pero ya me habían trancado; así fue que me hice un día después de estar aparentemente muerto estas heridas que tengo en la frente.
Horacio le escuchó y miró con atención, sintió en su interior que sería perdonado, que sería liberado y más aún, que podría volver de vez en cuando a su hogar.
-No obstante (prosiguió diciendo el Señor Juez levantando su cabeza y, como si aún respirara, inhaló y exhaló teatralmente “aire” como en sus viejos tiempos), a cometido faltas tan graves que no se pueden dejar pasar por alto.
Horacio apoyó lentamente su cabeza en las palmas de sus manos que descansaban sobre sus rodillas, pensó por un instante: “y paraíso me trajeron aquí”. Siguió escuchando aquel discurso del Señor Juez, hasta el momento mismo de oir aquellas últimas palabras que hubiese querido escuchar de primero.
-Pecó, continuó diciendo el Señor Juez, pecó contra la vida y la muerte y contra su familia. No podemos aunque quisiéramos hacerlo, pasar por alto tantas faltas. Estará pensando en esto mientras perdure su estadía en esta fase.
Horacio apretó sus ojos con fuerza al escuchar aquellas últimas palabras, “mientras perdure su estadía en esta fase”, quiere decir que hay algo mas después de esto, pensó sin saber que aquellas palabras eran parte de la condena: la incertidumbre, la posibilidad de que exista otra fase no conocida por los hombres de carne y hueso y que solo aquí se llega a escuchar hablar de ella. Andaría de ahora en adelante pensando en aquello. Hubo momentos en que llegó a creer que volvería a nacer, que estaría allá abajo otra vez.
Pobre Horacio, será otro de los tantos millones de almas que se sientan a ver a través de las nubes, las salas de partos o las habitaciones a media luz donde las parejas hacen de todo para crear un nuevo ser. Será otra de esas almas muertas que nunca más bajan a la vida terrena a reirse de los hombres que se asustan cuando sienten la presencia de un ser sobrenatural arrastrando cosas en la casa.
Pobre Horacio, nunca sabrá lo bueno que es cruzar las paredes, ni lo difícil que es aprender a tomar objetos con sus manos incorpóreas; nunca escuchará el grito de una mujer realmente asustada. ¡Pobrecito!, tampoco esta noche vendrá con nosotros al cementerio a jugar con los muchachos.
ver también
jueves, 24 de junio de 2010
El Reino Unido también quiere aumentar la edad de las pensiones
Huelga general en Francia
- La prolongación en tres meses los 41 años de cotización necesarios para tener derecho a cobrar la pensión máxima.
- El retraso de manera progresiva la edad legal de jubilación, 62 años, dos más que en la actualidad, apartir del 2018.
- se proponen aumentos en los impuestos, para la sustentación del plan de pensiones.
lunes, 21 de junio de 2010
viernes, 18 de junio de 2010
El Paraiso (4ta parte)
-Esas personas que usted mencionó y dijo haber visto minutos después del accidente, ¿eran conocidas por uestes, y que hicieron?, preguntó la defensa.
-No los conocía, ni podía verlos muy bien, además el dolor que sentía era muy fuerte. Hubo momentos en que…, sí eso es, me pegaron, me siguieron pegando aún después de pedirles ayuda, luego no supe más nada.
Todos en el público le miraron, algunos con gran asombro parecían decirle algo a sus compañeros.
-Señor Juez, estamos ante un caso que se ha repetido en varias ocasiones, dijo le defensa apretando sus labios y mirando tanto al Señor Juez, como al joven Horacio. Es el caso del hombre accidentado que puede salvarse, pero que es asesinado en la vía pública por desconocidos, para robarle. Se oyó un gran rumor en la audiencia, que parecía elevarse hasta las estrellas, y dispersarse junto a la brisa. Es el típico caso, continuo diciendo la defensa, del asesinado que quiere comunicarles a sus familiares que fue asesinado, que no murió en el accidente.
-Protesto, dijo pasivamente el fiscal, nuestro colega está trasladándonos al mundo de la hipótesis, “yo creo que el cielo es azul”, no señor, el cielo refleja ese color, no es azul. De manera que debemos ajustarnos a lo que tenemos y no ponernos a hacer suposiciones, simples especulaciones.
-Prosiga, dijo el Señor Juez.
-Gracias, una prueba de lo que digo, Señor Juez, Señores del Jurado, son, dijo levantando con cierta aspereza, la camisa al acusado, estos moretones, estas cortaduras en el cuerpo de Horacio que si las vemos bien parecen debido a un objeto cortante, dígase cuchillo, dígase machete, dígase como se quiera, pero no a un montón de tierra y piedra.
Es necesario saber que a los seres humanos se les practica en esta fase una gran cantidad de mini juicios que en algunos casos terminan por enloquecer a las almas más débiles, son estos los espíritus parlanchines y charlatanes que se ríen cuando arrastran chancletas u otros objetos en las noches. También es común escuchar el aquí viejo chiste: y Paraíso me trajeron aquí, para investigarme y juzgarme todos los días.
Continuará....
Detienen en Puerto Rico, Ligado a socio de Figueroa Agosto
sábado, 12 de junio de 2010
ElParaiso (3ra Parte)
III.-
La defensa intentaría fundamentar la inocencia de su cliente en este aparente quebranto, en esta enfermedad que padecía el joven Horacio, aunque las enfermedades y/o dolencias terrenas no permanecen en los cuerpos etéreos.
Horacio era un jovenzuelo cuya muerte lo encontró con un desagradable olor a alcohol y con algunas cortadas en el rostro. Es preciso indicar que los cuerpos intangibles presentan las características del último suspiro de vida, es así que vemos a esos seres sentados en las mecedoras nocturnas con un pesar inmenso reflejado en su rostro, descansándolo sobre sus mano que ocultan por completo los ojos de las penumbras de la noche, son ellos los grandes pecadores, casi nunca se les hace juicio para saber a donde irán.
Horacio por su parte, y a pesar de las cicatrices que tenía su rostro (no sangraban porque ya no corría sangre por sus venas, como era de esperarse), estaba risueño, se vía en sus grandes ojos negros una gran alegría, que en los momentos de más presión del juicio denotaban indiferencia hacia todo aquello. Le parecía absurdo que aquí en “El Paraíso” existieran las mismas instituciones capaces de maniatar, de controlar y hasta de envilecer a las almas.
El fiscal se asomó, por así decir, a los ojos del joven queriendo arrancarle, quizás, esa sempiterna sonrisa de su rostro, o por lo menos una confesión imperdonable que agilizara el proceso.
-Así que amnesia, eh, no sabe usted que las enfermedades aquí se curan, dijo gesticulando con las manos, las dolencias terrenas no estarán más con usted. No sabe usted, dijo señalándole, que esto es “El Paraíso”, entendió: pa-ra-iso.
-Protesto, gritó la defensa levantándose de su asiento, no se está hablando de enfermedades del cuerpo. Esta es amnesia, es una enfermedad de la conciencia, una enfermedad que afecta la psiquis del ser humano y puede ser que prosiga con el individuo de etapa en etapa.
-Sí, pues muéstreme otro caso, un solo caso, dijo el fiscal levantando su dedo índice, que usted conozca y yo lo creeré, dijo sonriendo secamente, mientras se auto señalaba.
-Si dijo el Señor Juez, muestre otro caso de amnesia en esta fase y daremos como válido ese argumento.
-Usted, tengo entendido, habló con su madre después de muerto, es cierto.
-Oh…, sí, algunas veces lo he hecho, pero ella fue la que comenzó todo aquello, dijo Horacio tratando de defenderse.
-Sí…., cuéntenos.
-Era tarde ya, oscurecía y desde la ventana se escuchaban las hojas socorrer las penas de alguien, yo estaba en mi cama escuchando el aparato de música que alguien, me imagino que fue mi madre, había dejado encendido, siempre lo hacia, creo que para recordarme, no podía imaginarse esa habitación sin música, sin mi música, fue en ese momento que ella entró en la habitación con unos paños en las manos para limpiar los muebles, me miró algo asombrada, algo contenta, algo asustada. “Eres tu Horacio” me dijo con voz entrecortada y casi una sonrisa temerosa en sus labios, sus ojos me miraban con escepticismo. “Si soy yo ma…”, le dije. Hablamos por más de una hora aquella vez, fue maravilloso.
-Señor Juez, dijo el fiscal, usted esta escuchando el testimonio, la confesión, por así decir, de este inadaptado. Yo no se a usted, pero a mi me repugna.
La comunicación entre un familiar y un ente de esta fase está totalmente prohibida, pero muchas veces ha pasado por la extrañeza que se produce en los seres humanos al separarse por siempre.
C0ntinuará...
miércoles, 9 de junio de 2010
Campaña navideña contra el aborto
domingo, 6 de junio de 2010
Hipólito Mejía inicia la campaña electoral 2012-2016
La maldición de Arnold
sábado, 5 de junio de 2010
El Paraiso (2da parte)
-Bueno, recuerdo también, aunque de manera difusa a Margarita, a Evelyn, a Grecia, a….
-Protesto, señor Juez.
-A lugar.
Es inevitable en esta tercera fase, en la que se van olvidando los placeres que la carne proporciona, que se conserven los recuerdos por algún tiempo. Horacio solo tenía unos cinco meses (aunque el tiempo como se conoce en la segunda fase es totalmente diferente en esta tercera fase, siempre asumiremos el tiempo, y la forma de medirlo: horas, días, semanas, meses, etc., según la segunda fase espiritual del hombre), el se deleitaba recordando esas figuras hermosas:
-Bien, continuo diciendo Horacio, estuve en aquel salón durante varias horas, sino días, y estaba hastiado de todos esos llantos, de esos gritos y de todos esos embustes que decían sobre mi (fue en el velatorio). Fue en esas circunstancias que decidí salir de aquella caja que me asfixiaba, para tomar un poco de aire fresco y de paso, escuchar los chistes que se estaban contando en la galería de la funeraria. ¡Ja, que gritería, Dios mío!, fue aquella.
Se escucharon murmullos en la tribuna y algunas risas se iban deslizando entre los presentes vistiéndose de silencio al oirse el golpe dado por el señor Juez sobre la mesa pidiéndoles silencio a los presentes.
-Pero usted sabía de su fallecimiento, dijo el fiscal mientras unía sus manos en cada una de las puntas de los dedos, separándola en forma parabólica en el interior de ella, porqué, continuó diciendo el fiscal, Por qué entonces decidió salir en su primer día, cuando eso esta vedado en nuestro código, en nuestras normas, en nuestros reglamentos, enfatizó el fiscal aparentemente contrariado.
-No entendía mi situación, y tampoco había leído, completamente todos esos folletos y libros que se me entregaron al llegar a “esta hermosa fase”, dijo en forma irónica Horacio, además no tengo buena memoria, sufría de amnesia leve, allá abajo, desde pequeño olvidabas las cosas.
-¿Y en las otras veces, apareció más de una vez en su antiguo hogar, fue también a causa de su amnesia?.
-No, en realidad no tenía a donde ir y después de todo ese era mi hogar y me sentía a gusto en el, podía cuando alguien dejaba un aparato encendido, oir música, ver la televisión, en fin podía hacer cuanto quisiera en ella.
Hay dos cosas que están prohibidas a los espíritus: salir a la vida terrena en su primer día de llegada a esta fase y aparecer en su antiguo hogar o en la casa de algún familiar cercano sin autorización previa, en los primeros meses de su fallecimiento.
Continuará...